La política de los subsidios
Durante más de 30 años en Chile, como en muchos países de América Latina, se han venido aplicando políticas de subsidios, es decir, políticas públicas basadas en el concepto que el Estado solo debe hacer aquello que el mercado no puede hacer por sí solo.
¿Qué es en esencia un subsidio?
DEFINICIONES PARA LOS SUBSIDIOS
Un subsidio es una cierta cantidad de recursos fiscales que es entregada a agentes privados, (personas o empresas), para cubrir ciertos costos que esa empresa o esa persona no puede (teóricamente) solventar por sí solo.
También se puede definir un subsidio como la diferencia entre el precio real de un bien o servicio y el precio real cobrado al consumidor de estos bienes o servicios.
Existen diversos tipos de subsidio:
Son subsidios que reducen lo que paga el usuario, por debajo del costo del bien o servicio. Pueden ser:
a) Subsidios directos: El Gobierno paga directamente una parte del servicio a algunos consumidores. En el mejor de los casos este subsidio debe aparecer dentro de la factura como una rebaja al precio normal, señalando quien lo paga y cual es la base del cálculo.
b) Subsidios cruzados (entre diferentes usuarios): En este caso la empresa subsidaida calcula su tarifa general (que cubre los costos totales), pero no cobra el mismo monto a todos los clientes. Algunos pagan más que el costo real, para permitir que otros paguen menos. No hay necesidad de que el gobierno ponga nada del costo de este subsidio, ya que el ingreso total de la empresa se mantiene igual. El sector en su totalidad no esta siendo subsidiado; sino, algunos usuarios (quienes, se supone, son los menos necesitados) están subsidiando el consumo de otros usuarios (los supuestamente más necesitados).
Se trata de uno de los principales instrumentos de la política económica neoliberal y una de las modalidades más frecuentes de políticas públicas dentro del llamado Estado subsidiario. La política de los subsidios está inscrita en la racionalidad neoliberal y ha sido establecida en Chile en la Constitución Política de 1980 y es uno de sus fundamentos ideológicos.
ALGUNOS EJEMPLOS COSTOSOS DE SUBSIDIOS
La política de los subsidios se concreta en acciones en que el Estado entrega ciertas ayudas limitadas a los sectores más pobres y desfavorecidos, y ayudas financieras abundantes que se entregan a las empresas. El más reciente «paquete de medidas económicas en favor de las PYMES» anunciado por el Gobierno de la Presidenta Bachelet el 29 de marzo ppdo., es otra demostración típica de la política de subsidios neoliberal: se anuncian millonarios recursos fiscales para las micro y pequeñas empresas endeudadas, pero ese dinero se entrega a los bancos privados para que esos bancos, a su vez, lo entreguen a las PYMES.
Otro ejemplo característico de esta política de los subsidios es el Transantiago (sistema de transporte para la región metropolitana), donde según los contratos entre las empresas privadas que operan el sistema de microbuses urbanos de la capital, ellas reciben cada mes del Estado millonarias cantidades de recursos, mientras esas empresas no alcancen las ganancias y utilidades que el sistema había calculado.
O sea, el Transantiago funciona como un sistema de microbuses privados cuyas empresas propietarias reciben del Estado -o sea de todos los chilenos- millonarias ayudas en la forma de subsidios.
En la práctica y más allá de discursos y retóricas, aquí opera la lógica irracional según la cual las ganancias son para las empresas y las pérdidas son para el Estado, o sea para todos los ciudadanos y contribuyentes. La política de los subsidios es la forma como el Estado se desentiende de sus responsabilidades económicas y sociales y deja todo entregado al mercado.
El mismo sistema de subsidios opera con los colegios y liceos privados que reciben subvenciones del Estado, con la construcción subsidiada de carreteras y caminos pavimentados, con la salud, con la construcción de viviendas, hospitales, escuelas, y edificios, …
En la región de Magallanes tenemos otra demostración de esta nefasta política de subsidios. Una ley de bonificación a la contratación de mano de obra beneficia a esta región desde hace muchos años. Esa ley supuestamente sirve para que los empresarios reciban del Estado una cierta cantidad de millones de pesos mensuales, para que contraten nuevo personal o paguen mejores remuneraciones a sus trabajadores.
Así, nada más que por concepto de la bonificación a la contratacion de mano de obra en Magallanes, el año 2005, el Estado entregó a los empresarios magallánicos la suma de 8 mil 327 millones de pesos; por concepto de Ley Navarino, se les entregó el 2005 10 mil 786 millones de pesos y por concepto de la Ley Austral, el Estado desembolsó para ellos 10 mil 344 millones de pesos, según el informe final del BID del año 2007 sobre el sistema de leyes de excepción. ¿Esa gigantesca cantidad de recursos ha significado mejores sueldos y más empleos de calidad en Magallanes? Pregúntenle a los trabajadores…
En realidad, sin embargo, esos dineros fiscales (que salen del bolsillo de todos los contribuyentes de Chile, incluidos los contribuyentes magallánicos…) son usados por los empresarios para pagar sus deudas y cubrir sus costos mensuales, pero en la práctica no han significado ni más empleos ni mejores sueldos para los trabajadores de la región.
La política de subsidios realizada por el Estado, produce en definitiva servicios sociales de mala calidad para los más pobres, servicios sociales de mediana calidad para las clases medias y servicios sociales de alta calidad para los sectores más adinerados.
Esa política neoliberal de los subsidios, en medio de esta crisis económica y financiera global, ha fracasado estrepitosamente, porque se ha demostrado que el Estado no puede usar intermediarios para que sus beneficios sociales y económicos lleguen a la población que mas los necesita.
Manuel Luis Rodríguez U.
surtrabajo 
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